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cuatro labios
se unen
diez dedos
recorren
dos rostros
en perfecta
sincronía
cada parte
se besa, se toca despacio
el tiempo
es la ficción
del hombre
los cuerpos lo saben
un cuello
se dobla, se entrega
dos labios lo toman
y se apoderan
al ritmo
de doce suspiros
los labios
generan
la música
buscando las notas
tanteando sonidos
una mano
los frena
los separa
del cuello
se acerca
una boca
tres besos
eternos
los cuerpos
batallan
a muerte
liberan millones
de hormonas
se quitan
las ropas
veinte yemas
recorren
dos pieles
una lengua
juega con ellas
los dedos
recorren mojados
dos senos
erguidos
pezones rosados
se paran
la mano derecha
desciende
de a poco
dos piernas
se abren
se entregan
delirio
dos dedos
se integran
las yemas
producen
gemidos
diez uñas
aprietan con fuerza
una espalda marcada
dos bocas
se unen
seis dientes
muerden un labio
gargantas
emiten
con fuerza
sonidos
ciento veinte
latidos
sesenta segundos
doscientos
cuarenta
latidos
resumen
el clímax
dos cuerpos
se desploman
cuatro ojos
no ven
más que negro
una mente
no encuentra
sentido, vacío
dos ojos
se abren
mojados
(los otros
siguen cerrados)
tres lágrimas caen
en la almohada
una cabeza
se entierra
intenta perder
los sentidos
caer en la nada
no puede
el desvelo
la atrapa
despacio
el tiempo
no pasa
maldita
invención
el tiempo
maldito celular
que se enciende
y no cambia
la hora.
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